domingo, 18 de julio de 2010

Vivienda digna, trabajo y abrigo, derechos humanos, solo eso pido



Otra vez el frío me invita a escribir. Hacía ya bastante que no me salía, debo confesar que me fue más fácil subir notas de página 12, no solo por falta de inspiración, sino por lo interesantes que me parecieron.
Y ahora, como en aquella, una de mis primeras notas de El Movilero.
Es el frío el que me invita, no de muy buena manera, a desplazar mis dedos furiosamente por las teclas, ya demasiado castigadas de mi teclado.
Este frío que no tiene ideología ni tampoco amigos o enemigos, pero que aventado sobre un pueblo egoista e ignorante, puede ser una cruel manera de mostrarnos nuestra más asqueroza humanidad, una humanidad inhumana. No es el frío el que mata niños de hipotermia y enfermedades respitratorias, sino la ausencia de un Estado que se ha olvidado de lo básico, yo diría desde siempre, desde que tengo memoria, y ese Estado somos todos

jueves, 8 de julio de 2010

El acta de la Independencia


Fue firmada por todos los congresales que declararon la Independencia. Se tradujo al quechua y al aymará para que la conocieran las poblaciones indígenas.




ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE LAS  PROVINCIAS UNIDAS EN SUD-AMERICA
En la benemérita y muy digna Ciudad de San Miguel del Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos dieciséis: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado, objeto de la independencia de los Pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los Representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, Pueblos representados y posteridad; a su término fueron preguntados:
¿Si querían que las Provincias de la Unión fuesen una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primero llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su un nime y espontáneo decidido voto por la independencia del País, fijando en su virtud la determinación siguiente: