Otra vez el frío me invita a escribir. Hacía ya bastante que no me salía, debo confesar que me fue más fácil subir notas de página 12, no solo por falta de inspiración, sino por lo interesantes que me parecieron.
Y ahora, como en aquella, una de mis primeras notas de El Movilero.
Es el frío el que me invita, no de muy buena manera, a desplazar mis dedos furiosamente por las teclas, ya demasiado castigadas de mi teclado.
Este frío que no tiene ideología ni tampoco amigos o enemigos, pero que aventado sobre un pueblo egoista e ignorante, puede ser una cruel manera de mostrarnos nuestra más asqueroza humanidad, una humanidad inhumana. No es el frío el que mata niños de hipotermia y enfermedades respitratorias, sino la ausencia de un Estado que se ha olvidado de lo básico, yo diría desde siempre, desde que tengo memoria, y ese Estado somos todos
Este frío que no tiene ideología ni tampoco amigos o enemigos, pero que aventado sobre un pueblo egoista e ignorante, puede ser una cruel manera de mostrarnos nuestra más asqueroza humanidad, una humanidad inhumana. No es el frío el que mata niños de hipotermia y enfermedades respitratorias, sino la ausencia de un Estado que se ha olvidado de lo básico, yo diría desde siempre, desde que tengo memoria, y ese Estado somos todos