Soy Argentino, tengo 25 años y les escribo desde la mas autentica y sincera fraternidad y voluntad pacifica.
Los argentinos no queremos guerra, de hecho, desde hace 30 años hemos dejado de invertir en armamento; nuestro ejercito no tiene otra función que la de custodiar las urnas cada cuatro años cuando hay elecciones y desfilar en los actos públicos.
En Argentina no hay fabricaciones militares, y tampoco tenemos servicio militar obligatorio. La guerra de Malvinas, nos enseñó además lo absurdo de la guerra. En un par de décadas, murieron mas soldados fuera del campo de batalla, que los que perdieron su vida en las islas del Atlántico Sur. La mayor parte de esos soldados se suicidó, por no poder soportar el dolor, la pérdida de amigos queridos, y los recuerdos imborrables del horror.
Nuestro pueblo no necesita ninguna confrontación militar, y no es la voluntad del pueblo ni la de nuestro gobierno; de hecho desde hace al menos unos 9 años, la argentina ya no es solo Argentina. Hemos comenzado un proceso de hermandad con todos los pueblos de Suramérica, y estamos convencidos de que ese es el único camino hacia una sociedad justa e igualitaria.
Nuestra economía es creciente, y no necesitamos ninguna salida de emergencia, porque venimos creciendo de forma pareja. Pero si así no lo fuera, la guerra nunca sería para nosotros una alternativa, porque además de estar en contra de ella, perderíamos mucho dinero, ya que deberíamos comprarles armas a los países que casualmente hoy atraviesan una crisis.
Los cinco mayores exportadores de armas del mundo son: Estados Unidos, Rusia, Francia, Alemania y Gran Bretaña, esta ultima figura además entre los primeros 15 del ranking de compradores después de China.
Exceptuando al gigante oriental, los demás países, y en particular los europeos, NECESITAN UNA GUERRA.
Inglaterra necesita una guerra más que las propias islas, esa es una realidad, cada vez que su economía se debilita, el bloque OTAN se inventa un nuevo enemigo, y en esta oportunidad, en medio de una fuerte crisis económica y política que arrasa en toda Europa, Gran Bretaña nos ha escogido como enemigo bélico, a pesar de nuestra clara intención de dialogo.
No me interesa discutir aquí de quien son las Malvinas, si son nuestras o de ustedes, o si son Malvinas o Falskland, eso es algo que debe resolverse en una mesa de dialogo, con los representantes de cada País, como corresponde a personas civilizadas.
Lo que me interesa mas bien, es trasmitirles cual es la voluntad de mi pueblo, de forma directa, sin intermediarios que puedan tergiversar mi mensaje, y el de mi gobierno que es el mismo.
Argentina a reiterado una y mil veces que solo queremos dialogar, que no vamos a entrar en el juego que propone el imperio, porque no es nuestra intención, y porque no somos tan necios, no somos tan estupidos.
Les estamos pidiendo hablar, y su primer ministro Cámeron nos contesta llenando las islas de aviones, barcos y armas nucleares; un poder militar que no solo pone en peligro la vida en las islas, sino que atenta directamente contra la paz en todo el continente americano. Las armas que ha trasladado el gobierno británico a las islas del atlántico sur, tienen poder para bombardear gran parte de nuestro país y republicas hermanas, como la del Uruguay y Brasil, incluso Chile. Para que lo entiendan mas claro, Las islas Malvinas son una base militar británica a menos de 200 millas marinas de nuestro territorio.
Y lo peor de todo es que a juzgar por su accionar en el pasado inmediato, y en el presente, sabemos que el ejercito ingles y la OTAN, no tienen contemplaciones a la hora de bombardear hospitales, escuelas, casas de familia, con cualquier excusa, pues, además de la fabricación militar, el otro gran negocio de Inglaterra es la industria de la Megaconstrucción, entonces, después de derruirlo todo, ofrecen sus servicios a gobiernos comúnmente impuestos por el imperio, para reconstruir todo lo que sus bombas causaron. Pero la vida de las miles de victimas no se puede reconstruir ni con todo el dinero del mundo.
No hace falta dar demasiados argumentos, los ejemplos están a la vista, y sino busquen en Internet, la cantidad de niños masacrados por la OTAN en Afganistán, Irak, o el terrible accionar asesino del ejercito israelí en Gaza.
Sabrán que no se trata de ganar territorio solamente, se trata de hacer dinero con la muerte y destrucción de una nación, y para lograrlo se inventan las excusas mas increíbles, pero el problema es que mientras los aviones bombardean, las cadenas de televisión que pertenecen a los grandes socios de ese negocio van disfrazando la realidad, y convierten una masacre en un “acto de justicia”.
El gobierno de gran Bretaña, mandó a construir radares de última generación para tareas de inteligencia en las islas, pistas de aterrizaje para aviones de guerra y mantiene un entrenamiento permanente de sus tropas en el territorio. Se ha cuadriplicado el poderío militar británico en las islas.
Sepan que si sus soldados nos atacan, no tenemos con que defendernos. Pero lo peor es que su gobierno sabe que no tenemos con que defendernos, y ese es el gran negocio, porque si Inglaterra avanza bélicamente sobre Argentina, para defender nuestro propio territorio deberíamos comprarle armas a sus aliados en al Unión Europea. Hermanos del viejo continente, si la Argentina no tiene ejercito, es porque sabemos que la guerra es terrible, porque tenemos sentido de conciencia, hemos desarrollado la capacidad de empatía con los débiles del mundo, con los que no tienen voz ni voto.
En otras palabras, lo que está haciendo su gobierno es un acto criminal. Y como gran canalla prefiere amenazar con la guerra antes que apostar por el dialogo, moción argentina que ya cuenta con el apoyo de todo el continente, la OEA y la ONU.
Escribo esta carta, tratando de apelar a la voluntad popular, porque entiendo que no siempre el pueblo se toma unos minutos para reflexionar ante este tipo de acciones de gobierno. Es común, y hasta entendible, que cuando se tocan puntos tan caros como la soberanía nacional, y el orgullo nacional, actuemos con pasión antes que con razón.
Les pido humildemente, que se detengan a pensar, si están de acuerdo con atacar un país que no ofrecerá resistencia, un país que ha optado desde que tenemos democracia, por la paz.
En el 82, nuestro país estaba en manos de una dictadura militar, asesina, que torturó y asesinó a 30.000 personas, y la guerra de Malvinas, fue su última carta política, para evitar lo inevitable, que la democracia se impusiera al horror de la tiranía. La guerra la perdimos; nosotros y ustedes. ¿Cuántos soldados británicos se quitaron la vida después de la guerra? ¿Lo saben? Son muchos.
Son estos antecedentes, y la realidad palpable de la crisis económica y política que hoy atraviesa Europa, que me hacen temer por el futuro inmediato de esta situación. Se que mi país no cometerá el error, de entrar en el juego macabro que propone Cameron, pero la historia ya nos ha enseñado que si lo desean, ni siquiera necesitan que eso pase para armar una guerra. Porque también existió Pearl Harbor (que dio paso a la declaración de guerra de estados Unidos al Japón), el atentado a las torres gemelas (que dio pié a las sucesivas invasiones de Estados Unidos, Inglaterra y Francia en territorio afgano, luego irakí) pero España no quería colaborar, así que al poco tiempo hubo un atentado al tren español un 11 de mayo (11-M) que definió la incursión de ese país en la guerra contra el terrorismo, y que a la postre acabaría dejando onerosas regalías petroleras, sobre plantaciones de opio, y por supuesto alimentando el negocio de la fabricación de armas y misiles, que se producen en los tres primeros países nombrados.
Pero en la historia del Reino Unido de Gran Bretaña hay un acontecimiento mas conocido quizás, el hundimiento del Luisitania. Que “obligó” a Estados Unidos a tomar partido en al primera guerra mundial.
Con esto quiero decir que si el primer ministro ingles, David Cámeron, se propone continuar con esta escalada armamentística en las islas, como lo está haciendo, desoyendo todos los intentos de Argentina y otros países latinoamericanos de avanzar en el diálogo, no pasará mucha tiempo hasta que decida inventar una excusa, un auto atentado, cualquier cosa que pueda vender a los ojos del mundo como una incitación; así lo han hecho siempre. Y el motivo ya lo he expuesto, fundamentalmente es que para Inglaterra la guerra es un MUY BUEN NEGOCIO, en términos económicos, y también políticos, pues es conocido, y lo puede confirmar cualquier sociólogo, que genera una actitud de unión nacional, contra un enemigo, cualquiera sea éste.
Por eso les pido a ustedes, ciudadanos ingleses, trabajadores; en definitiva, a quienes no ganarán nada con esta estúpida idea, porque el negocio lo hacen los poderosos, y a ustedes solo le quedarán las victimas, el dolor y sensación amarga y vergonzante de no haber hecho lo correcto. En el 82, no solo perdió Argentina, las dos naciones perdimos, al haber mandado miles de soldados a morir en las islas, y otros miles morirían años después presos del tormento.
Y en definitiva, ¿de que sirvió todo eso?, ¿si hoy estamos nuevamente hablando de lo mismo?
Los Argentinos, y Suramérica unida, no renunciará a su derecho de soberanía sobre las islas, por ello es evidente que este conflicto no acabará, sino es de la mano de la razón y la justicia, del dialogo, del consenso, pues no se puede imponer con la fuerza, porque el tiempo pasará, y nuevamente la verdad florecerá.
Pidan a su gobierno que abandone los deseos bélicos y se siente en una mesa a dialogar con Argentina. Es la única manera de acabar con esta diferencia.
“Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada” Edmund Burke
Rodrigo Peña
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