Por Rodrigo Peña
Una mezcla de preocupación, impotencia y decepción, configura el punto de partida para un análisis de la situación terriblemente frágil en la que se encuentran los menores judicializados en Concordia. Chicos, niños y adolescentes que son víctimas, sospechosos o espectadores de delitos aberrantes, o simplemente menores que están fuera de toda tutela responsable y son presa fácil de señalamientos, acusaciones infundadas, condenas prematuras y sobretodo del abandono. En dos casos recientes que los medios locales hemos tratado, donde los protagonistas son cuatro menores de edad, pueden advertirse severas violaciones a los derechos de estos niños, sobretodo desde la prensa, pero también desde la opinión fácil, e irresponsable de personas de a pié a través de sus cuentas de Facebook, e incluso de funcionarios públicos de los poderes ejecutivo y judicial.
Haciéndonos cargo de nuestra responsabilidad social, es que damos continuidad, a un debate que parece estar relegado a un rincón inhóspito de las prioridades sociales, como son los derechos de los niños.
Si bien es cierto que cada año se avanza un poco más en materia de reconocimiento de derechos en este sector, (y la ultima década ha sido prolifera en este sentido), la resistencia de la sociedad al cumplimiento de estas normas, a veces por conservadurismo y en otros casos por simple individualismo, hace de las mismas, letra muerta en muchos distritos y compartimientos estancos de la sociedad, vulnerando claro, a los menores.
Se trata de una lucha -inconciente quizá-, donde constantemente hay intereses contrapuestos, y ocurre generalmente que quienes representan los intereses de los niños, tienen bastante menos poder que el resto. Cosa que ocurre porque los niños son un sector social que tiene una muy escasa voluntad de poder, como para tomar las decisiones que le atañen y además como es natural, muy escaso conocimiento de cuales son sus derechos.
Pese a los avances en materia de leyes y protocolos promulgados en los últimos años en la provincia, lo que cuesta es ponerlos en práctica. Desde la ley de educación sexual en las escuelas, hasta los protocolos de aborto no punible, pasando por protocolos de abuso sexual, y violencia familiar, registro de deudores de cuota de alimentos, etc. existe una serie de normas sancionadas para proteger la minoridad que vienen siendo sistemáticamente vulneradas por los mayores, dada la anteposición de otros intereses que éstos consideran prioritarios.
En el caso de la justicia, el de lograr una condena; en el caso de la prensa, el de publicar una primicia; en el de los médicos o docentes que no denuncian casos de violencia o abuso contra menores, vaya a saber uno porque razón; y hasta las más increíbles demostraciones de insensibilidad expresadas sobretodo en las redes sociales, donde la semana pasada una lista de concordienses, pedían a viva voz que a un menor de 14 años lo metieran a la cárcel y que fuera violado para pagar por el supuesto abuso de otro menor, cuya autoría además no está probada.
El manoseo de los menores, se da en todos los ámbitos y para simplificar me abocaré a dos casos judiciales que han tenido amplia divulgación periodística, y de los episodios que han tenido que sufrir estos menores, fuera de toda lógica.
1 – Dos hermanas de 12 y 15 años viviendo por su cuenta en la calle
El caso de “A”, una niña de 12 años a quien la policía encontró de casualidad, porque en realidad buscaban a otra menor desaparecida, disparó un debate acerca de los menores en situación de calle.
Ver notas de DIARIOJUNIO:
http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=56821
http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=56897
http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=57074
“A” vivía sola y en la calle; solo en ocasiones regresaba a casa de su madre, a quien en un primer momento –apenas fue descubierta- acusó de explotadora, pero al ser citada por la justicia, afirmó que se prostituía por su cuenta. En rigor, ninguna versión está certificada ya que a excepción de los casos con privación de la libertad, la gran mayoría de las mujeres y niñas que son explotadas por terceros para prostituirse niegan en sus testimoniales ser regenteadas, por diversas razones, pero ante todo por temor. Sobre este tema, también hemos escrito en varios informes especiales.
No obstante, aún entendiendo que así fuera, si contemplamos los derechos del niño, o aunque sea observamos con capacidad de empatía el caso, notaremos que se trata de chicos cuyo vínculo familiar está desecho o nunca existió. Se trata pues, de sectores donde el tejido social está desgarrado por los altos niveles de analfabetismo, desinformación y alienación de los propios padres, como consecuencia de la gran exclusión social sufrida durante décadas.
Se trata de familias incapaces de cumplir el rol que el Estado les confiere. Es decir, el de garantizar los derechos de sus hijos; simplemente porque no los conocen y probablemente no los hayan recibido nunca.
Entonces, ocurre que hay chicos, como “A” y su hermana, que a los 12 y 15 años, y a veces antes, se encuentran ya viviendo en la calle, parando esporádicamente en casa de amigos o parejas ocasionales, contando como único medio de subsistencia con su fuerza de trabajo, que a esa edad es escasa, por lo que lo más normal, es que acaben prostituyéndose o delinquiendo. Son víctimas, de un sistema que los tiene huérfanos, porque el rol de tutor no lo cumple nadie, ni sus padres (si los tienen) ni el Estado, ni Dios.
En lugar de eso, solo tienen mayores aprovechándose de su necesidad. Cuando el caso es descubierto, el menor es judicializado; llevado a un ámbito donde de él solo se espera que dé información, para poder condenar a los culpables.
“A” no tuvo inconvenientes en declarar en cámara Gesell, contó algo, dio nombres de sus clientes y exculpó a su madre de la acusación de proxeneta, para luego pedir regresar con ella. Entonces, permanecía en una residencia del Copnaf.
Su hermana sin embargo, ya es la segunda vez que no acude a tribunales para prestar testimonio en una causa por abuso de la que es víctima. Hace una par de semanas fue hallada por la policía viviendo sola en una casilla que pertenece a un hombre mayor, y fue restituida a su madre. Pero volvió a escapar; es decir, está otra vez en la calle.
Mientras esto ocurre, un medio de esta ciudad titula: “Menor de 12 años confesó que se prostituía por su cuenta” aportándole a la afirmación un señalamiento religioso o moral, una especie de reproche social a una actitud aparentemente inaceptable, para con una menor que no es otra cosa que una víctima.
A todo esto, nada se sabe en términos periodísticos de los señores clientes de la menor, sus nombres son mas celosamente reservados por la justicia y la policía que los de las menores victimas. Algunos medios, repitieron sin criterio propio esa lógica. De los depravados que le pagaron para mantener relaciones sexuales y cuyos nombres la menor dio en testimonio a la fiscalía, nada se sabe. Pro sin embargo esos mismos medios daban a conocer el nombre y apellido de la menor de 12 años en una misma publicación.
2 – Violación de un menor de 5 años y acusación fácil de otro menor
Otro caso relevante en esta materia fue el abordado por DIARIOJUNIO la semana pasada, luego que otros medios acusaran abiertamente a un menor de 14 años de haber violado a otro de 5, apoyándose en presuntas fuentes judiciales, cuando en la causa no figuran pruebas objetivas de tal acusación, y con el agravante de que se citó en esa nota la dirección de la casa donde vivía el chico.
Ver nota de DiarioJunio: http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=57230
La nota publicada en otro diario digital daba por cierto que el delito había sido cometido por el menor de 14 años, atribuyendo la información a presuntas fuentes judiciales y sin utilizar el potencial. La justicia nunca aclaró el caso ni la situación del menor, que no está ni siquiera imputado. En rigor, DIARIOJUNIO llamó insistentemente al fiscal del caso Guillermo Mautone, para aclarar este tema, pero éste no nos atendió.
En tanto otro medio, en este caso de papel, daba detalles del abuso y de la reacción del menor, apoyándose estrictamente en comentarios de vecinos que a su vez repetían otros comentarios.
Con este combo, se configura una doble violación de derechos, por un lado de la prensa y por otro desde el Poder judicial, que debió velar por los derechos de los dos menores. Esta desinformación, incide directamente en el intento de ajusticiamiento popular de los vecinos. Lo que motivó a que el Copnaf lo trasladara por su seguridad a otro barrio, y evalúe ahora sacarlo de Concordia.
El cuarto componente, si se quiere más repudiable aún, es el que miserablemente protagonizaron varios vecinos de Concordia, al opinar por Facebook, al pie de esa noticia, los comentarios, de los cuales solo trascribimos aquí algunos para no agobiar:
(Textual de Facebook)
Mariana Schiro • PROMOTORA DE SALUD en Ministerio de Salud
cuando un perro muerde a un niño piden que el perro sea sacrificado, a este degenerado deberían hacerle lo mismo pero aun agrava el hecho que según estudios los animales no razonan ...PERO LOS LLAMADOS HUMANOS si , entonces quien es mas animal ...maldito que pague x lo que hizo por que ese inocente nunca mas sera la misma persona, le ultrajaron su infancia !!!!!!!
Maria Isabel Rolon • que lo metan preso al padre o abuelo hasta que el sea mayor de edad y pueda ir preso, y le hagan lo mismo a él en la cárcel
Gaby Nan
ya con 14 años un degenerado no hay que tenerles piedad y meterlos a la cárcel, pero acá la justicia es una porqueria!
Claudia Gimenez • Profesorado de Educacion Primaria
a este hdp hay q matarlo la puta madre,si no es menor para cagarle la vida a esta criatura q pague lo q hizo JUSTICIAAAAAA!!!!
Analia Rebollo •
x favor!hasta donde llegan con esta locura? donde esta la parte humana, el sentimiento, adonde estamos llegando? como puede haber tantas lacras basuras humanas q no le tiembla el pulso para dañar a otro!esto no tiene condena,q le hace 1,2,5,10años presos si ya le arruino la vida y mente a esta criatura,x favor :( es triste vivir sabiendo q estas porquerias no tienen piedad,ni condenas x parte de la justicia,no se pierde nada "hay q matarlos"
Natali Andrea Salina • Profesorado de Educacion Especial
A estos mal paridos, inhumanos, hay que matarlos de una,porque el que lo hace una vez lo hace dos y así sucesivamente...Que cárcel ni cárcel una vez que entran ahí tienen mas derechos que sus propias victimas y encima después por tener "buena conducta" le bajan los años de condena y ademas están con todas las comodidades, a estos hay que desaparecerlos.
Nota: La ocupación que figura al costado de cada nombre es la declarada por cada usuario en su perfil de Facebook.
Los comentarios, fueron tomados del perfil de facebook de otro medio periodístico: y cave señalar que la noticia en cuestión no plantea ninguna duda sobre la autoría, y en sus primeras líneas dice textual: “Según las primeras informaciones, el pequeño se encontraba sólo en inmediaciones de su casa en la tarde de ayer, cuando el adolescente lo llamó con la excusa de que lo ayudaría a ajustar su gomera, y ya dentro de la vivienda que comparte con su abuelo procedió a abusarlo”
En rigor esta información no está confirmada, y aunque es la versión popular que se comenta en el barrio y se asemeja a lo declarado por la madre del menor-victima. Lo cierto es que la mujer no presenció el hecho, y para agregar dudas al caso el menor de 14 años no habitaba solo esa vivienda.
Este chico en cambio, ya está socialmente señalado como un violador, y el Copnaf ha tenido que esconderlo para que no lo maten a palos. Ahora evalúan sacarlo de Concordia, y toda su familia debe soportar escraches, cuando, en rigor, aún la justicia no ha podido oír a la víctima, ni mucho menos al sospechado, quien no ha tenido la posibilidad de contar su versión.
¿Y si no fue el chico? Y ¿si fue un mayor? O peor aún ¿si el chico también es victima de abuso? Las posibilidades son varias porque en la causa casi no hay pruebas. Lo único que objetivamente está probado es que el abuso existió.
NOSOTROS, LOS OTROS Y EL PODER
La conclusión abierta a la que arribamos tras recordar estos casos y el comportamiento de la sociedad ante los mismos, tiene mucho más que ver con los adultos que con los menores. Tiene incluso más que ver con nosotros, porque se lo que trata este articulo, no es de la cuestión legal, -que en Argentina es más avanzada que en muchos otros países- sino de la cuestión cultural.
Tiene que ver con una preocupante falta de autocríticas en todos los sectores de la sociedad, y tiene mucho que ver con el poder.
El poder; que puede ser una función de administración estatal, o la poderosa pluma de un periodista, y hoy además, el teclado ardiente de un usuario de Factbook o Twitter. La masividad es poder. Y como sostiene Nietzche y más tarde Foucault “la verdad es hija del poder” la Verdad -reinterpreta o argentiniza José P. Feinmann- es aquella que la voluntad de poder logra imponer.
Entonces, la respuesta a qué hacer o cómo manejar ese poder, la encontraremos revisando nuestra niñez.
“Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad”
Spiderman (Marvel)
Publicado en DIARIOJUNIO, el 17/10/2013 Enlace
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