lunes, 2 de marzo de 2009

El Estado ausente

Muchos años han pasado desde que alguien dijo en serio las palabras dignidad, justicia social, progreso social, educación y tantas otras que ni siquiera recordamos por ser mencionadas tantas veces hasta el cansancio, sin que esas promesas se cumplieran.
Hoy lo vemos a diario, camino por los barrios humildes de mi ciudad y veo la banalizad de aquella esperanza, pero también la veo en el centro, la veo en mi casa, la veo en la tele, la veo en mi mismo cuando noto la cantidad de errores ortográficos que tengo, y la terrible laguna histórica que pudoriza mi orgullo.

Hablemos por ítems porque hay muchos y por ejemplos para que me entiendan:



-Derechos sociales
Hace unos tres días salió en el diario en el que escribo, el caso de una madre de cuatro chicos, uno de ellos enfermo del corazón, cuyo marido había sido asesinado hace unos seis meses. El jefe de familia tenía unos 30 años y mantenía a su mujer y a sus hijos con su trabajo, pero él, al igual que gran parte de la población argentina, trabajaba de manera irregular; no por que no lo hiciera todos los días, sino porque a pesar de cumplir horarios y de ser aplicado en su tarea, no estaba inscripto como empleado y no tenía ni aportes ni cobertura social. Ángel, fue asesinado, pero daba igual si en ves de haber recibido una bala en la cien, hubiese muerto en el trabajo; de todas maneras, no habría resarcimiento para su familia, no tenía aportes ni tampoco un seguro de vida.
Desde entonces, su mujer, debe mantener a sus cuatro hijos sola, pagar el alquiler y no tiene ni tiempo para trabajar, ni plata para pagar una niñera mientras trabaja, peor además tampoco tiene un oficio, por otro problema social que luego detallaré.
Ramona, otra madre de familia, vive una situación similar, desde que su esposo, zapatero del barrio, tuvo un ataque cerebro bascular, que lo dejo postrado en la cama. Ramona, también tiene hijos y debe trabajar, cuidar a sus hijos, y además cuidar a su marido, en tanto va de un lado al otro de la ciudad, para conseguir los medicamentos de manera gratuita. Su marido también trabajó desde muy joven hasta que sufrió el ataque.
Estos problemas no existiría en la Argentina que nos prometieron, en esa Argentina donde se iban a respetar los derechos de los trabajadores, sin embargo yo veo que la gran mayoría está en negro, trabaja cerca de diez horas y en el mejor de los casos está inscripto como monotributista.
Por supuesto que hay quienes están en relación de dependencia, esos son hoy los privilegiados de la clase media. El resto no sabe cuando puede volver a estar desocupado, y que ni se le ocurra pedir un aumento, que “hay una cola esperando para tomar tu puesto pibe”


Dignidad Humana
También hace un par de días anduve paseando por el barrio El Silencio, nunca tan bien nombrado, este pequeño caserío a la margen del basurero municipal, ha sido olvidado por años. Los habitantes, unas 20 familias, viven de la venta de plástico y vidrio, que escarban de la basura. Viven en casillas de madera con techo de cartón embetunado, o de papel de lija industrial, que juntan de entre los residuos de una fabrica de aglomerados de madera de la zona; el piso es de tierra, y no tienen ni una letrina. Además de juntar basura, algunos crían chanchos y los que “mejor” están, fabrican ladrillos. En ese barrio, ubicado a unos 20 kilómetros del hospital, hay una casillita donde un médico va dos beses por semana para atender a los chicos. Pero por supuesto, solo se trata de atención primaria. Allí los chicos tienen sarnilla, por el constante contacto con la basura, andan descalzos y desabrigados, y los adultos no saben leer ni escribir. No obstante, ellos saben bien que es lo que pasa. Mientras conversaba con una joven madre respecto a la falta de una atención más exhaustiva y de una vivienda digna, la muchacha señaló que “lo que pasa es que acá vienen siempre para la campaña, para que los votemos, después desaparecen”
La imagen es semejante a la de los “plebeyos” del medioevo. El Estado continúa proveyendo cada tanto de chapas de cartón y frazadas, en vez de darle a la gente capacitación y un empleo digno. Por ejemplo, la clasificación que hacen de la basura, podrían hacerla para el municipio, pero con las medidas de seguridad e higiene necesarias y con un salario digno, en ves de tener que salir a venderlo a los privados.

Identidad
En Concordia, una ciudad de 160.000 habitantes, hay 400 casos reconocidos de menores indocumentados. Muchos de ellos acuden a la justicia recién cuando encuentran dificultades para registrar a sus propios hijos o cuando lo pueden acceder a planes sociales por no ser ciudadanos Argentinos. Según explicó el titular del registro civil. “hay chicas de 15 años que va a parir al hospital y no tienen documento, hay chicos que no se pueden inscribir en la escuela y madre a las que no les dan la leche fortificada para el bebé, porque no tiene documento”. El año pasado el registro civil inicio un juicio al estado para documentar a los 425 pibes que “no eran nadie” y la demanda fue rebotada por la excesiva cantidad de casos. En el juzgado solicitaron que se eleven por lo menos por grupo familiar. De manera que el registro civil tuvo que presentar cerca de 300 demandas por separado.

Educación
No tengo noción de cómo era la educación entes del menemísmo, apenas tengo 22 años y mi periodo escolar comenzó lamentablemente en ese periodo. Pero por lo que he leído era bastante buena. Lo que me parece muy lógico, dado que en cuanto a presupuesto, todo llegaba desde la Nación. Aún en algunas escuelas Normales y Nacionales (hoy propiedad de la provincia) se conservan pianos, y otros elementos que ni en sueños una provincia a puesto en una escuela por lo menos en Entre Ríos.
La ley de educación de Menem y el paso a las provincias de tan importante materia, sin dudas hipotecó el futuro de este País.
Hoy las escuelas se caen a pedazos, hay sobrepoblación escolar y lo que es aún peor, habemos un montón de ignorantes que ya somos egresados del secundario y recién venimos a conocer la historia argentina de grandes, por necesidad, o por vergüenza.
Además, ya no hay posibilidades de tener un titulo terciario sin pasar por la universidad. Se termino el magisterio, la escuela fábrica, la escuela técnica de biología, y apenas subsiste la técnica convencional gracias a la ley que kirchner sacó en el 2004.
Pero de todas maneras, desde la vendepatrista reforma educacional de Menem hasta acá ningún presidente se dignó a mejorar el sistema, seguimos todos padeciéndolo, excepto quienes tengan dinero para mandar sus hijos a un privado, como el propio Ministro de Educación de Néstor, Filmus.

Aún hay más de que hablar, pero ya no tengo tiempo. La próxima la sigo, díganme que opinan.

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