miércoles, 13 de agosto de 2008

Otra vez nos usaron como a una ingenua prostituta enamorada


Tal vez el titulo dice menos de lo que realmente significa lo que fue descubierto en las últimas horas, peor expresa la sensación de miles de argentinos luego de que finalizara el conflicto y ya no seamos necesarios para ellos.

Me refiero al campo, nunca me gustó generalizar, así que voy a ser mas concreto.
Esta mañana la edición matutina del medio en el que escribo, destapó nuevamente una solapada actividad de la empresa Blueberries S. A, de capitales extranjeros, que se dedica a la producción y exportación de arándanos en la región.
Ya de por si ello significa un uso, porque explotan nuestras riquezas naturales para venderlo todo al exterior y dejar muy poco en el país y fuentes de trabajo mal pagas e irregulares.

Pero la denuncia fue más realista; El titular del Sindicato Obreros de la Fruta confirmó que esta firma, contrató a trabajadores bolivianos para realizar la cosecha este año. Trabajadores que son desarraigados de su lugar de origen y mantenidos en condiciones infrahumanas. “El año pasado descubrimos dos galpones donde tenían a 600 bolivianos viviendo en el mismo ambiente, con un solo baño” aseguró el gremialista, y por supuesto, además de la precariedad de las condiciones en que son obligados a vivir, se les ofrecen sueldos magros y ningún tipo de atención social.
Pero más allá de eso, que de por si, es totalmente repudiable, ya que viola no solo derechos humanos fundamentales, sino que denigra la dignidad humana, existe otra realidad.

La de los cosecheros locales, no queremos sembrar con esto confrontación entre unos y otros, sino simplemente recordar las palabras de algunos de los dirigentes patronales, agropecuarios, que en pleno corte de ruta, señalaron que “hay que apoyar a la patria, al campo que es el principal generados de fuentes de trabajo, porque esto es una derrame, cuanto más gana el productor, más gana el peón”, estas palabras son de Eduardo Beswick, presidente de la Sociedad Rural de Concordia, y en ese corte, como en toda la protesta, también estaban presentes los dirigentes de la Asociación de Productores de Arándano de la Mesopotámica Argentina (APAMA).

Y así es como, una vez que el pueblo apoyó al campo, al “pobre” campo, para que no pierda su poder adquisitivo y así pueda ayudar a fomentar fuentes de trabajo, una vez que el gobierno torció el brazo y el campo ganó, estos patrióticos amigos, fueron a buscar cosecheros a Bolivia, para pagarles miserables sueldos y ahorrarse el resto para “recuperar el dinero perdido, durante el paro agropecuario”.
Recordemos que esto no es de ahora, hechos similares fueron denunciados y comprobados años anteriores.

Argentinos, es pero que aprendamos de este tipo de actitudes y que esto no se repita.

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